Camiones excedidos en el peso de su carga con choferes que se creen que están en el autódromo. Colectivos que se detienen para que bajen pasajeros en cualquier lado sin respetar las paradas ( también están los que no se detienen).
Automovilistas a los que no les importan las líneas amarillas y se adelantan poniendo en peligro la vida de otros muchos que cumplen rigurosamente con las disposiciones de tránsito.
Los vivos que eluden los reductores de velocidad y pasan en zigzag por sobre la bicisenda donde la capa de asfalto es más fina y la están rompiendo.
Los “demonios de las pistas” que no bajan de los 80 por hora. Los centenares y centenares de vehículos que no tienen la VTV ni el seguro obligatorio. Los suicidas que salen de las transversales a la ruta sin poner el mínimo cuidado. Los que se adelantan usando el carril para entrar al colegio Dover.
Y también los camiones contratados por la municipalidad que traen ramas para arrojarlas en un predio baldío detrás del barrio cerrado Álamo Alto, ninguno tapa la carga con lona y la ruta queda regada de ramas.
Nadie, absolutamente nadie controla esta anarquía total. La ausencia de policías de la bonaerense, de tránsito de la municipalidad, de prevención comunitaria, etc., está a la vista de todos, ¡ No existen! y en esos operativos cíclicos y selectivos que hace la gendarmería solo piden la cédula del automotor y el registro del conductor para por lo menos decir “acá estamos nosotros”, hasta a ellos ya les han tomado el tiempo, son simples operativos “presencia” que no sirven para nada.